Un astrofísico argumenta que los rayos cósmicos expondrían a nuestro planeta a una dosis letal de rayos X y de rayos ultravioleta, inaugurándose, asimismo, una nueva era glacial.
El doctor y especialista en astrofísica de la Universidad Técnica de Múnich (Alemania), Gunther Korschinek, ha descrito las consecuencias negativas que tendrían para la Tierra los rayos cósmicos despedidos por el estallido de una supernova, advirtiendo que, aunque las probabilidades de que suceda sean ínfimas, dicho fenómeno generaría extinciones masivas.
Entre las distintas amenazas que se cernirían sobre nuestro planeta destaca la desaparición de la capa de ozono, que provocaría un exceso de exposición a los rayos ultravioletas y rayos X del Sol, lo que tendría consecuencias letales para sus habitantes.
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Otro efecto indirecto del impacto de los rayos cósmicos de alta energía sería el cambio del clima, dando paso a la formación de nubes de alta densidad que limitarían el paso de la luz solar y que, por tanto, provocarían un descenso en las temperaturas que desembocaría en un nuevo periodo glacial.
En ambos casos, Korschinek sostiene que para que se den estos posibles efectos sobre la Tierra bastaría con que los rayos causados por la deflagración de una supernova ubicada a menos de 15 o 20 pársecs del Sol (entre 48 y 65 años luz de distancia) penetraran en lo profundo de nuestro sistema Solar. Sin embargo, para que esto sucediera, un estrecho haz de una supernova con alta intensidad de rayos cósmicos debería lograr superar la presión del viento solar.