Berlín. El nivel de hambre en la Tierra sigue siendo alto pese a los progresos que se han logrado desde el año 2000, según constata el estudio anual conocido como Índice de Hambre en el Mundo (GHI, por sus siglas en inglés), presentado hoy en Berlín. El informe señala que en los países en desarrollo el nivel de hambre ha bajado un 29 % desde 2000, pero todavía hay al menos 795 millones de personas que padecen hambre en el mundo.
De 13 países no se ha podido calcular el GHI por falta de datos pero al menos diez de ellos son motivo de preocupación y podrían estar en una situación “extremadamente alarmante”. Esos diez países, de los que se tienen datos parciales proporcionados por organizaciones no gubernamentales, son Burundi, Congo, Comoras, Eritrea, Libia, Papúa-Nueva Guinea, Somalia, Sudán del Sur, Sudán y Siria.
Respecto a Latinoamérica, el GHI en Guatemala tiene un nivel “serio” -un escalón por debajo de “alarmante”-, República Dominicana, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Ecuador, Bolivia y Paraguay tienen un índice “moderado”, y el resto de los países, “bajo”
Los progresos no han sido parejos en todas partes y el hambre sigue siendo un problema grave en muchas zonas del planeta, señala el estudio, realizado conjuntamente por las ONG Welthungerhilfe y Concern Worldwide, y por el Instituto de Estudios sobre Política Alimenticia.
Para lograr la meta de eliminar el hambre por completo en 2030, el comisionado de la ONU para la lucha contra el hambre, David Nabarro, recomienda, en un ensayo incluido en el documento, identificar las zonas más críticas y los grupos más afectados. También es necesario, según Nabarro, establecer diferencias dentro de un mismo país para identificar zonas especialmente afectadas.
El Índice de Hambre en el Mundo considera cuatro parámetros que son la proporción de la población que no recibe suficientes calorías, la de niños con un peso menor al que les correspondería por su tamaño, la de niños menores de cinco años con un tamaño menor al normal y la tasa de mortalidad infantil.
Hay países -como Ruanda, Myanmar y Camboya- que han tenido una reducción fuerte del nivel de hambre, gracias en parte a la estabilización que han tenido después de haber pasado por conflictos. En otros, como la República Centroafricana, en cambio, los progresos han sido escasos. En 50 países, según el estudio, el nivel de hambre es “alarmante” y siete de ellos son países subsaharianos.