Por otra parte los pensionados, los cadetes y los asimilados fueron excluidos, lo que es una discriminación injusta, ilegal e inconstitucional. Parecería un plan del gobierno para destruir o desintegrar la Policía Nacional pues nada bueno les ha tocado vivir de los casi cinco años de gobierno del presidente Danilo Media. Hoy los Policías están más desmoralizados y debilitados que nunca y por ende su institución.
¿Será qué, para nada se quiere resolver el problema de la violencia en todas sus manifestaciones y la inseguridad que tiene en crisis de miedo a los habitantes de la República Dominicana?
En los 81 años de historia de la Policía Nacional no se había sentido tanto desprecio y desvalorización del cuerpo policial, siendo la Policía Dominicana la peor pagada de América y entre las peores del mundo, sumado a ello el maltrato, la discriminación, la insatisfacción de sus necesidades, una seguridad social deprimente, entrenamiento y capacitación deficiente, sin comida, sin recreación, sin ayuda psicológica, sin una instancia institucional que les proteja, es lógico y se corresponde, el que la policía dominicana este posicionada entre las peores policías de América.
Nos atrevemos a asegurar que el derrotero ético-moral que arropa a la Policía Nacional se desprende de los constantes abusos y violaciones a que son sometidos los policías en detrimento de sus derechos y dignidad en su día a día laboral, desde su creación en el 1936.
¡Ser policía es la función pública que entraña mayores riesgos, muchos agentes pierden la vida, sin agradecimiento alguno. Los que sobreviven y hoy están pensionados claman ¡Auxilio! por la desconsideración y los maltratos!
Sin duda alguna, tenemos la policía que pagamos. Esa misma que creara y adiestrara, Rafael L. Trujillo, para sus intereses y control absoluto de la sociedad dominicana.
Pueden ser legítimos y con razones sobradas la desconfianza y desprecio al cuerpo policial, pero antes de condenarles y de seguir castigándola debemos entender que sus acciones de represión y autoritarismo se desprenden de una educación y doctrina que lo induce a la obediencia y sumisión del mando político, todo esto heredado de la dictadura de Trujillo, quien creara la institución policial con el único objetivo de servir a sus intereses y reprimir a los opositores al régimen. Situación esta, que no ha cambiado y no le ha interesado cambiar a ninguno de los gobiernos pos Trujillo.
Durante 30 años hemos defendido la dignificación y derechos de los policías con un salario justo correspondiente con la canasta familiar, planteamiento en el que han coincidido los diferentes expertos internacionales que han asesorado a los gobiernos en más de dos décadas de reforma policial sin éxito alguno.Muy a pesar de nuestros esfuerzos durante más de treinta años participando en foros nacionales e internacionales, vistas públicas del Congreso y quince años escribiendo o participando en comunicación para diferentes medios. Hemos invertido la mayor parte de nuestros recursos económicos, mi tiempo productivo y sacrificios familiares; con ocho años de lucha y reclamos sin descanso a favor de los policías, la seguridad, la justicia y el bien común; logrando escasos avances y al contrario, hemos sufrido el acoso y la persecución de los organismos de inteligencia del Estado, la intervención abusiva de nuestros teléfonos y redes, la agresión a nuestro buen nombre y en muchos casos el asedio a través funcionarios y comunicadores.
La mejor reforma debe comenzar con: Salario digno y trato humano para los policías, con todas las necesidades básicas satisfechas (Plan de vivienda, de salud y de educación junto a la familia; transporte, comida o dieta, recreación, horario definido de ocho horas y pago de incentivos por horas extras y días feriados). Continuando con una depuración estricta y proba; La aplicación de un sistema de clasificación de los recursos humanos, con evaluación y monitoreo de la labor policial. Respeto al escalafón y estabilidad en los puestos por especialidad para hacer carrera.
Si nuestros principal problema es la delincuencia, un policía no debe ganar menos que el equivalente a la canasta familiar, la demanda no es solo salarios, pero, inmediatamente un policía comience a ganar $US 600 dólares se reducirá al mínimo la corrupción policial, la violencia y la inseguridad. Un policía con hambre, con deudas, enfermo, abusado, discriminado, sin la capacitación correspondiente, mal pagado, sin orgullo será imposible que cumpla con sus misión.
Recordamos que la seguridad es asunto de todos y los policías son el recurso más importante y los protagonistas de esta misión, invitamos a las personas preocupadas y comprometidas con la seguridad y la paz social que le duele la patria a sumarse a esta justa y noble causa. Hoy los policías activos y retirados están inconforme y tienen más razón para continuar la lucha por dignidad y derechos insatisfechos.
El autor es miembro fundador y vocero del Movimiento Pro Dignidad y Derechos para los Policías Activos y Retirados, Se suman los Militares. Periodista Independiente y Mayor General Retirado PN, con 27 Años de experiencia.