Luego del ataque químico que desató la condena mundial sobre el régimen de Bashar al Assad, los bombardeos continuaron este domingo sobre la provincia siria de Idlib, controlada en buena parte por los rebeldes opositores al dictador.
Según denunciaron en redes sociales los habitantes de la zona que compartieron imágenes de los hechos, en los últimos bombardeos sobre la localidad de Saraqib fueron utilizados fósforo blanco, una sustancia química prohibida para su uso contra objetivos humanos por la Convención de Ginebra.
El fósforo blanco tiene un efecto incendiario que al caer sobre población civil pueden provocar severos daños químicos en corazón, hígado y otros órganos, e incluso la muerte. Las imágenes compartidas en redes sociales muestran cómo se incendia la zona en la que cayó el bombardeo.
El sábado, varios cazas atacaron la localidad siria de Khan Sheikhoun, donde al menos 87 personas murieron por el uso de gas sarín, según concluyeron las autopsias realizadas en Turquía. Los nuevos bombardeos dejaron una mujer muerta y a su hijo herido, reportó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Rusia, que apoya al régimen sirio en su lucha contra las fuerzas yihadistas, es uno de los 113 países que firmó el protocolo del Convenio de Armas Convencionales, que restringe el uso de armas incendiarias.
Sin embargo, y pese al pedido internacional, Siria no adhirió al tratado. por lo que los pasados envíos de dicho armamento al país ha despertado la preocupación de los organismos internacionales.