Barahona.- Como era su costumbre Federico Antonio Pérez, de 46 años, se levantó temprano. Las 5:30 de la mañana, como lo hizo este lunes, era su costumbre hacerlo. Desayunar, tomar café y bañarse. Lo más lejos que tenía era que la muerte le rondaba y muy de cerca.
Dos jóvenes motorizados provistos de cascos protectores para cubrir sus rostros dispararon repetidas veces al pecho de Pérez, logrando impactarlo en la caja torácica, unas de las balas penetrar en su cuerpo y arrancarle la vida casi en el acto.
Ya herirlo, sus familiares en estado agónico, un disparo mortal por necesidad, lo llevaron de urgencia a la emergencia del Hospital Regional Universitario Jaime Mota, pero los médicos que le prestaron los primeros auxilios ordenaron depositar su cuerpo ensangrentado en la morgue del centro, porque llegó sin vida al centro asistencial.
Pérez, laboraba desde hacía un tiempo en la escuela parroquial La Altagracia, del sector de Pueblo Nuevo, uno de los sectores con mayor nivel de violencia, delincuencia y criminalidad del municipio Santa Cruz de Barahona, en donde operan bandas que con frecuencia se enfrentan a otras rivales de barrios vecinos.
La muerte esta mañana de Pérez, coincide con la información publicada en la edición de hoy lunes de Listín Diario en la que 10 provincias del país registran los más altos niveles de homicidios de la República Dominicana durante 2016, al punto de que si se necesitara una calificación un poco más gráfica de la gravedad del problema solo podría decirse una cosa: están en alerta roja.
¡Que lo maten!
¡Que lo maten!. “No que lo detengan y lo metan preso”. Fue lo que atinó a decir Jonatán Pérez, hijo del asesinado vigilante del referido centro escolar de orientación católica, tras ser cuestionado en la morgue del hospital local.
Acompañado de una hermana, no identificada, quien no paraba de llorar, Pérez, dijo que dos hombres a bordo de un motor de color negro, provistos de cascos protectores dispararon a su padre repetidas veces hasta arrancarle la vida.
Manifestó que él no puede decir quiénes son los asesinos de su progenitor, ya que no los conoce por sus respectivos nombres, pero dijo que si los ve físicamente él pueda señalarlos a las autoridades, porque logró verle el rostro al que iba en la parte trasera del motor quien accionó el arma contra su papá cuando salía de su vivienda, ubicada en la calle 2, del sector de Pueblo Nuevo.
Hasta el momento se desconocen las razones por las cuales fue asesinado el vigilante del centro escolar La Altagracia, ubicado en su sector, ya que fue definido por sus parientes y vecinos como una persona tranquila, trabajadora y sin problemas con nadie.
Se espera que en las próximas horas la Subdirección Adjunta de Investigaciones Criminales (Dicrim), de la Dirección Regional Sur de la Policía Nacional se refiera al hecho, pero desde la llegada del general Jacinto Minaya Herrera, no hay contacto ni se ofrece información a la prensa.
Por Benny Rodríguez