Dajabón.- María (nombre ficticio) es una niña haitiana de 9 años de edad que este fin de semana duró más de seis horas junto a su madre caminando, montada en un motor, y hasta corrió.
La inclemencia de la noche, andar entre matorrales, mojarse cruzando el río y la presencia de uno que otro militar, no fue impedimento para que esta familia se atreviera a entrar ilegalmente al país.
Aunque fueron apresados, el objetivo era llegar a Santiago, donde se reunirían con otros parientes, quienes a diferencia de ellos hace unos meses sí tuvieron “éxito” en esta travesía y hoy viven indocumentados en territorio dominicano.
Negocio lucrativo
La madre de María no viajaba sola, lo hacía junto a otro grupo de 35 haitianos que pagaron entre 2 y 3 mil pesos a motoristas dominicanos para que les ayudaran a llegar próximo a su destino.
Algunos de los integrantes se trasladaban hasta con menores de un año en brazos y, como si fuera una utopía, se movían solo en nueve motores.
En este viaje los nueve “guías” dominicanos cobraron cerca de RD$100 mil en conjunto.
Cada día se registran más de 12 viajes con grupos similares y algunos en autobuses, lo que muestra que este negocio mueve más de un millón de pesos al día.
“Parte de ese dinero es usado para pagar peaje a militares en determinados puntos”, aseguró José Pérez Peralta, residente en Sabana Santiago, un pueblo retirado del centro de Dajabón que es usado como vía para ingresar indocumentados.
La noche es la hora preferida para estos trasiegos, pero los residentes de zonas como Clavellina, otro lugar apartado, aseguran que se producen “a cualquier hora” del día.
“Esto está sin control y cuando vienen esos motores uno tiene que tirarse para las orillas porque se les importa chocar a cualquiera”, puntualizó Orquídea Tejada.
A parte de los motoristas dominicanos, en el entramado también se incluyen haitianos que se denominan “poteas”, los cuales sirven de guías a los grupos para entrar al país.
El tráfico de indocumentados se ha vuelto tan normal en esta provincia que el propio centro de Dajabón es parte de las rutas.
Entre ellos está el barrio Norte, cercano al mercado fronterizo.
“En la madrugada, cuando los perros empiezan a ladrar y uno abre las ventanas, lo único que se ve es un mar de haitianos que andan como si fuera dentro de sus casas”, dijo uno de los moradores de este sector, quien lleva años viendo la misma escena.
El lugar se encuentra a pocos metros de chequeos militares. Las autoridades del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront) aseguran que cada día devuelven unos 120 haitianos que intentan entrar ilegalmente a territorio dominicano.
Dentro de esas estadísticas se encuentra el grupo en el que viajaba María y su progenitora.
De ellos muchos no durarán un tiempo prolongado para volver a probar si tienen mejor suerte y establecerse en su tierra prometida.
En medio de un panorama adverso, el Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront) asegura que ha devuelto 46 mil 565 haitianos indocumentados durante los primeros seis meses de este año.
La entidad explicó que ese número ha sido detenido a lo largo de la frontera, quienes han sido sorprendidos intentando entrar al país.
El director del Cesfront, Sugar Puttzi Frugis Martínez, indicó que el área de responsabilidad de esa institución son los puntos formales de acceso a la nación, pero que aún así brindan apoyo a otras dependencias.