Para saber cuándo a un partido político o a una organización cualquiera “le llegó su cuarto de hora”, es decir, su final, sólo analice los siguientes puntos y aplíquelos a la organización de que se trate:
1. Cuando todas las decisiones se toman en función de las tendencias internas. Si para designar a alguien hay que analizar si es “de Leonel o de Danilo”, ese partido u organización está cavando su tumba;
2. Cuando nadie es capaz de sacar la cabeza para defender la organización, porque todos se sienten culpables o peor, cómplices. Ya esa organización no tiene moral y está condenada al fracaso;
3. Cuando “lo mío” está primero que “el todo” (el partido o la organización). Es decir, cuando el interés particular es la medida de toda acción, pues cuando entran en conflicto, “lo mío” va primero y que entre el mar.
4. Cuando se abandonan los principios que dieron origen a la institución. Normalmente, una organización o partido surge en base a unos principios que resultan atractivos porque representan valores por los que vale la pena luchar. Cuando esos principios se abandonan y se sustituyen por beneficios mercuriales, por ejemplo, la organización o partido pierde el norte moral que orientaba sus acciones y se convierte en un mercado al que la gente va a comprar o a vender. Es el fin del idealismo y la ilusión de cambio.
5. Cuando las bases “molestan”. La redención del pueblo deja de ser una meta, y las bases, que siempre están pidiendo empleo y dinero, comienzan a constituir un lastre para esos dirigentes inflados de poder.
6. Cuando hay que evitar una derrota a cualquier precio, porque la misma implica que todos podrían caer presos...
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