Las inundaciones causadas por la tormenta tropical Harvey, que ha dejado al menos siete muertos en Texas y ha obligado a decenas de miles de personas a dejar sus casas, subirán este martes de nivel, según han anunciado las autoridades, mientras las lluvias siguen azotando la costa estadounidense del Golfo de México.
Efectivos de la Guardia Nacional, policías, socorristas y civiles se movilizan en helicópteros, botes y camiones acondicionados especialmente para inundaciones para rescatar a cientos de personas que siguen atrapadas en Houston, la cuarta ciudad más grande de EEUU.
La tormenta se ha convertido en la más poderosa que ha azotado Texas en más de 50 años al tocar tierra el viernes pasado cerca de Corpus Christi, 354 kilómetros al sur de Houston. El Servicio Meteorológico Nacional ha emitido numerosas alertas regionales sobre inundaciones, ya que las lluvias continúan este martes.
El presidente estadounidense, Donald Trump, viajará en la jornada de hoy a Texas para evaluar los daños y posteriormente visitará Luisiana, donde la tormenta también está descargando lluvias. Trump se enfrenta el mayor desastre natural en EEUU desde que asumió el cargo en enero.
Harvey ha dejado al menos seis muertos en el condado de Harris, donde se encuentra Houston. Una mujer de 60 años murió en condado de Montgomery cuando un árbol cayó sobre su casa mientras dormía. También hay un gran número de desaparecidos, por lo que la cifra de víctimas mortales podría aumentar.
Los dos aeropuertos principales de Houston han sido cerrados, junto con la mayoría de las carreteras, líneas ferroviarias y uno de los hospitales de la ciudad, cuyos pacientes fueron evacuados el fin de semana pasado. Este lunes por al noche, cerca de 267.000 tejanos se encontraban sin electricidad.