En abril de 2016, el abogado Marc Elias, que trabajaba para la campaña de Clinton y el DNC, contrató a la firma Fusion GPS de Washington para examinar los enlaces de Trump con Rusia, según el informe. Le pagó por sus servicios hasta solo unos días antes de las elecciones de noviembre de 2016.
Antes de ese contrato, la investigación de Fusion GPS sobre Trump fue financiada por uno de sus rivales en las elecciones primarias republicanas. La identidad de ese adversario republicano aún no se conoce.
Fusion GPS ha pedido que un juez federal bloquee una solicitud del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes para obtener acceso a los registros bancarios de la compañía, alegando que se trata de una violación a sus derechos constitucionales.
El informe de 35 páginas, preparado por el exagente del MI6 Christopher Steele, se ha convertido en el centro de las investigaciones del Congreso sobre la interferencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016.
Trump catalogó el caso -que contiene alegaciones políticas, financieras y sexuales vergonzosas y parcialmente sin confirmar- como “noticias falsas”.
El sábado, Trump tuiteó que el Departamento de Justicia y el FBI “deberían divulgar de inmediato quién pagó por ello”.
Dos días antes, reflexionó públicamente en Twitter que los demócratas podrían haber financiado la investigación.
“Los trabajadores de la empresa involucrados con el desacreditado y falso dossier se rehúsan a contestar. ¿Quién pagó por ello, Rusia, el FBI o los Demócratas (o todos)?”, escribió el presidente.