Opositores y aliados del presidente estadounidense, Donald Trump, esperaban ansiosamente el domingo la confirmación oficial de la primera acusación formal en el caso ruso, investigado por el fiscal especial Robert Mueller.
En una serie de tuits, Trump volvió a denunciar una “caza de brujas” y refutó cualquier “colusión” con Rusia durante la campaña presidencial del año pasado.
“Toda esta historia de Rusia justo cuando los republicanos están impulsando una histórica reforma y recorte de impuestos, ¿es una coincidencia? ¡NO!”, escribió.
El abogado del presidente, Ty Cobb, dijo en un mensaje a las cadenas CNN y Fox News que los tuits “no tenían nada que ver con las actividades del fiscal especial, con quien continúa cooperando”.
CNN, seguida luego por otros medios, reveló el viernes que el equipo de Mueller presentará cargos y arrestará a al menos una persona el lunes.
Desde entonces, ningún funcionario ha confirmado o negado la información, y se desconoce quién es esta persona.
El legislador demócrata Adam Schiff, miembro del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, dijo que no fue informado, pero mencionó dos personas muy cercanas a Trump que a menudo aparecen en la prensa: su exjefe de campaña Paul Manafort y su efímero asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn, quienes tenían actividades no declaradas como lobistas de países extranjeros, incluido Rusia.
Schiff dijo no poder aclarar si el mandatario está siendo investigado también: “No puedo responder a eso en un sentido u otro”, declaró a ABC.
El gobernador republicano de Nueva Jersey, Chris Christie, aliado de Trump, señaló en la prensa que “el presidente no está bajo investigación, nadie le ha dicho que lo estaba”.
Podría referirse a declaraciones del exdirector del FBI James Comey, quien declaró ante el Senado, tras su despido en mayo, que Trump no era objeto de la investigación.
“Pase lo que pase, esto es solo el comienzo”, opinó por su parte el senador independiente Angus King, vinculado al grupo demócrata, en CNN. Y agregó que Mueller es “un profesional” que “llevará los hechos adonde sea que conduzcan”.
El o los cargos del lunes marcarán una nueva etapa en las pesquisas que lleva adelante Mueller, nombrado en mayo para encabezar una investigación independiente sobre la interferencia rusa en la campaña de 2016 y establecer si hubo o no colusión con el equipo del candidato republicano. Esta investigación es distinta a las que emprendieron varias comisiones del Congreso.
Trump, secundado por muchos republicanos y parte del mundo conservador, emprendió un contraataque contra los demócratas y Hillary Clinton, a la que acusó de colusión con Rusia durante la venta de la empresa Uranium One al grupo público ruso Rosatom en 2010.
Asimismo, la revelación de que la campaña de Clinton y el Partido Demócrata financiaron una investigación privada sobre Trump, compilada en un explosivo informe, hizo correr ríos de tinta en el campo conservador.
“Nunca he visto tanta ira y unidad republicana por la falta de investigación sobre el informe falso hecho por Clinton (…) la venta de uranio a Rusia, los 33,000 correos electrónicos que se eliminaron, el asunto de Comey, y muchas otras cosas”, escribió Trump en Twitter, enumerando los diversos casos que implican a su exadversaria demócrata.
“Hay tanta CULPA de los demócratas y Clinton, y ahora los hechos están hablando. ¡HAGAN ALGO!”, agregó en otro tuit.
Otros sectores creen que la filtración de información a CNN el viernes sobre la inminencia de una acusación formal es un escándalo en sí mismo y merece una investigación.
Y algunos republicanos, por el momento aislados, incluso pidieron la renuncia de Mueller, acusado de estar demasiado cerca de James Comey. Christie advirtió el domingo que el fiscal debería ser “muy, muy cuidadoso”.
Mientras tanto, los demócratas han advertido que si Trump despidiera a Mueller, o emitiera indultos preventivos a cualquier persona atrapada en su red, estaría cruzando la línea.