El reportaje contenido en la edición del domingo 15, titulado Escándalo “Tutifruti” en Santo Domingo, asegura que Punta Catalina cuando comience a operar emitirá a la atmósfera más de 6 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, incrementando las emisiones totales del país hasta un 20 por ciento.
Recientemente el canciller de la República, Miguel Vargas Maldonado, comunicó en persona a las Nacionales Unidas, en Nueva York, EUA, la ratificación del Acuerdo de París sobre el cambio climático, en el cual el país se compromete a reducir en un 25% sus emisiones totales de dióxido de carbono para el año 2030.
El artículo cita a Enrique de León, vocero del Comité Nacional de Lucha Contra el Cambio Climático, CNLCC, y “una de las mil almas del movimiento Marcha Verde”, que dice que Punta Catalina “es un proyecto que tiene enormes impactos ambientales y contradice completamente los compromisos asumidos por nuestro país en la última COP celebrada en París”.
El periodista Luca Manes que es el autor del reportaje, es también director de RE:COMMON, una de las organizaciones de la sociedad civil más influyente en Italia. Permaneció en el país, del 17 al 24 de agosto. Cubrió la realización de la Caravana a Punta Catalina que organizó el movimiento Marcha Verde, el domingo 20 de agosto pasado.
Manes observa en el reportaje que plantas de carbón del tipo de las de Punta Catalina no serían posible construirlas en Europa por ser de tecnología obsoleta que contravienen las normas ambientales vigentes.
Señala que estas plantas se introducen al país bajo engaño, trayendo consigo la carga “tradicional” de impactos ambientales devastadores de este tipo de obra.
El reportaje advierte que por la contaminación de estas plantas de carbón los muy valiosos cultivos de caña de azúcar, café y mango existentes en la zona, perderán su certificación especial.
“Un compacto cordón policial bloquea la fila de vehículos y de personas con camisetas, gorras y pancartas verdes, que se detienen a poco más de un kilómetro de las plantas de carbón de Punta Catalina. “No se puede ir más allá”, grita el jefe del orden público usando el megáfono, y sofocado por el calor que ha llegado a su punto máximo. Activistas de la Marcha Verde no se rinden y escuchan los discursos de los líderes de la protesta, cuyas palabras se confunden a menudo con las notas de las canciones inevitables de la salsa caribeña. Y en algún momento también tú escuchas una versión anticorrupción de la canción convertida en slogan veraniego ..Despacito …” Narra Manes como testigo presencial de la caravana realizada a Punta Catalina por Marcha Verde
Continuando con el relato, dice que “estamos cerca de Baní, la ciudad que vio nacer al libertador de Cuba, Máximo Gómez, a unos cincuenta kilómetros de Santo Domingo. Desde enero, se han celebrado al menos dos eventos al mes en la República Dominicana, promovidos por la coalición espontánea de la sociedad civil llamada Marcha Verde. Decenas de miles de personas salen a las calles a gritar su indignación contra el gobierno y su gran socio comercial, Odebrecht. La poderosa multinacional brasileña del sector de la construcción es culpable de corrupción en 12 países de América Latina y África, e incluso mudó a la República Dominicana su centro de distribución de sobornos, cuando en Brasil los magistrados se percataron de que algo no iba bien en las cuentas de la empresa”.
Al respecto de la corrupción de Odebrecht, recoge la posición de Enrique de León que es tajante: “queremos que Odebrecht salga de Punta Catalina”.
El reportaje califica como “el colmo de los colmos” el hecho de que el gobierno no sea el propietario de los terrenos donde se construyen las plantas de carbón de Punta Catalina.
“Actualmente es de hecho un arrendamiento a largo plazo con el grupo Vicini, poderosa familia de ascendencia italiana en la República Dominicana que juega un papel vital en todos los sectores de la economía del país caribeño. Y con quienes el gobierno finalmente deberá negociar un precio de compra, en parte debido a que los bonos emitidos en julio pasado en los mercados internacionales para cubrir la brecha de los fondos que no vinieron de Brasil, serían menos inestables si el terreno en el que se encuentran las plantas pasa a ser propiedad del Estado”, comenta.
La publicación en Il Manifesto refiere que ENEL, la empresa italiana de generación eléctrica, recientemente dejó de importar el carbón desde el Departamento de Cesar, de Colombia, por estar vinculado a graves violaciones de derechos humanos como asesinatos de sindicalistas y genocidios perpetrados por paramilitares. El reportaje pone de relieve que este mismo carbón alimentará a las plantas de Punta Catalina.
Il Manifesto es uno de los principales diarios italianos fundado en el año 1969. Es una publicación independiente de tendencia de izquierda, propiedad de una cooperativa integrada por los periodistas y trabajadores gráficos que trabajan en este medio.
El 22 de diciembre del 2000, el diario sufrió un atentando y en el 2005 una de sus corresponsales, Giuliana Sgrena, pasó a las principales planas del mundo cuando fue secuestrada en Bagdad y posterior a su liberación, camino al aeropuerto, fue atacada por soldados norteamericanos, resultando ella herida y muerto su acompañante, Nicola Calipari.
Adjunto a esta nota, se remite la traducción completa del reportaje Escándalo “tutifruti” en Santo Domingo. A continuación dos enlaces de acceso al texto publicado en italiano: https://ilmanifesto.it/edizione/il-manifesto-del-15-10-2017/http://www.controlacrisi.org/notizia/Ambiente/2017/10/15/50212-scandalo-tuttifrutti-nella-repubblica-dominicana/