Cada mañana, cuando es abierta la puerta del cuarto, es el primero en entrar y se acuesta en la alfombra. Dada su naturaleza, tal vez ignora la realidad y no se ha percatado de lo que sucedió a su alrededor. O quizás está siguiendo la costumbre o hábito que ha practicado cada día de su vida.
Se trata de Momo, el perrito mascota de Emely Peguero. La habitación perteneció a la asesinada joven, un hecho por el que es acusado su novio, Marlon Martínez.
“Cuando le abren la puerta al perro lo primero que hace es entrar al cuarto de Emely, como si ella estuviera allí”, comenta la madre, Adalgisa Polanco, quien explicó que mantiene todo en su lugar, sus ropas, libros, cuadernos y hasta el closet que le pidió como regalo
Cuando ve los cuadros que le regalaban a la adolescente, y sus cosas, Polanco dijo sentir que aún no ha muerto. Incluso, todos los días enciende un velón a la memoria de su hija.
Y afirma que los días sin su hija son vacíos.
“Automáticamente llegaba, ella era la alegría de mi casaÖ Ella era alegre, risueña y de cualquier cosa sacaba un chisteÖyo siempre le decía que ella tenía algo especial”, narró Ada, como se le conoce, con una emoción que le llegó hasta los ojos y dos lágrimas rodaron por sus mejillas.
“Yo le pido al Señor que me siga dando fuerza y no me deje caer”, agregó mientras mostraba el cuarto de su hija, que aún mantiene intacto.
Si su habitación estuviera vacía yo no estuviera viva.
El tradicional color de luto no está presente en esta habitación y la sábana que cubre la cama mantiene colores vivos como le gustaba a la jovencita.
En las paredes cuelgan sus fotos y en una esquina un rosario y un velón, que se mantiene encendido.
“En mi casa está todo intacto. Para mí ella está aquí y se quedará aquí”, se justifica, ante la pregunta de si no es mejor “comenzar a soltar”.
“Yo no voy a sacar todo y ver esa habitación vacía. No voy a poder resistir; yo tengo todo lo de ella y eso me ayuda a ser fuerte. Si esa habitación estuviera vacía, yo no estuviera viva”, agregó.
Recuerdos. La habitación de Emely luce viva, sin el tradicional color de luto. En las paredes cuelgan sus fotos y en una esquina un rosario y un velón, que se mantiene encendido. Aquí todos, incluyendo su mascota “Memo”, se resisten a considerarla ausente.
Relación de familia
La señora Polanco narró que cuando se mudaron a su casa, en el sector El Ranchito de Cenoví, ya Marlin Martínez vivía en el lugar, justo al frente, con su entonces esposo. Con ellos vivía Marlon, fruto de una unión anterior.
Asimismo, comentó que ella le cosía los vestidos a Marlin, y la familia tenía una relación estrecha, a tal punto que dejaban a su hijo en su casa cuando debían ausentarse.
Dice que por eso no logra entender por qué Marlon mató a su hija “si el embarazo de Emely no iba a ser un problema”.
Marlon no le mira a la cara
“El Marlon que yo conocí en ese entonces cuando era pequeño no fue el Marlon que yo vi en esa silla cuando dio las declaraciones al lado de su madre”, manifestó Adalgisa, quien también agregó que le tenía un gran cariño, y desde que presuntamente cometió el asesinato no la ha vuelto a mirar a los ojos.
Dijo que desde pequeña iba a su casa, por lo que decía que no podía creer lo que hizo.
“Es que era un hijo de la casa. Al sol de hoy Marlon no me mira a los ojos. No me sostiene la mirada. Porque el sabe el amor que yo le di a él; de madre. Porque el vivía vacío de amor de madre, porque su madre nunca tenía tiempo para él, por eso él no me sostiene la mirada”, dijo.
La madre en el tribunal
Genaro Peguero, el padre de la adolescente, dijo sobre la madre de Marlon que “ella no puede ser la jueza de su hijo, pero sí la verduga de mi hija, a quien la puso en una funda y después en una maleta, descarada”.
Se refería a la declaración de Marlyn de que “no se le podía pedir que juzgue a su hijo”, señalado como el autor material del asesinato de Emely, quien era su novia y estaba embarazada.
“Los leones cuidan a sus hijos y los suben al palo más alto donde otros no se lo pueden comer. Sin embargo, ella, al matar a su nieto, no merece ni que lleve el nombre de Marlin, eso es un animal”, dijo Peguero quien junto a su esposa Adalgisa Polanco, se mantuvo escuchando la versión de la detenida en el Tribunal de Atención Permanente de esta ciudad, donde se conocía una revisión de la medida de coerción.
“Si ella no tuvo consideración con la vida de un nieto no lo tendrá con nadie”, agregó Peguero, al término de la jornada donde la jueza Isolina Peralta Contreras dispuso que Marlin Martínez continuará en prisión por otros tres meses.
“Ella lo que está sufriendo es que una familia pobre, humilde, la tiene donde la tiene. Yo lo que quiero es que la prensa siga con este caso. No puede detenerse. Ni ningún ser humano que tenga un hijo, y que tenga consideración, y que crea que pueda llegar a ser padre y tapar un caso así”, dijo Peguero.
Fidelidad. Adalgisa Polanco, la madre de Emely, acaricia a Momo, la mascota de su asesinada hija, que no ha dejado de frecuentar el cuarto donde dormía la jovencita asesinada.
Rechaza pedido.
Se refirió al pedido de la madre de Marlon para “que la prensa se salga del caso y deje de hacer un show mediático”, hecho del que también acusa a los abogados de la familia de Emely, de quienes dice utilizan las redes sociales para distribuir mentiras.
“Yo digo todo a la libre, porque no tengo nada que esconder. ¿Por qué ella quiere que todo se esconda?”, se preguntó.
Marlyn insistió en que no se le pida ser jueza de su propio hijo. Además, dijo que se trataba del dolor de dos familias, y no solo de la de Emely Peguero.