SANTO DOMINGO.- La presentadora de noticias de Telemicro canal 5, Rafaelina Bisonó, aclaró este lunes sobre lo sucedido con su hijo cuando ella acudió con él al culto de sanación del profesor T.B. Joshua, el pasado fin de semana, en el centro olímpico Félix Sánchez.
La periodista y locutora, quien conversó con El Nuevo Diario, ratifica firmemente creer en la sanación que recibió su pequeño Máximo Rafael Ayala Bisonó.
Precisó sin embargo que su hijo nunca fue discapacitado o inválido, sino que se le dificultaba correr por complicaciones en sus rodillas desde su nacimiento.
“Mi hijo nunca fue inválido, yo nunca dije que no caminaba…mi hijo no podía correr sin tropezar o caerse, y los aparatos que él tenía puestos en el video se usaban para dormir y para mejorar la condición de sus piernas porque tenía una deformación de sus rodillas”, manifestó la comunicadora.
Explicó que el niño llegó con los aparatos puestos al culto de sanación con el propósito de que el profeta Joshua supiera exactamente dónde el pequeño tenía su dolencia y orara específicamente sobre esa parte.
Bisonó recuerda que desde que su niño comenzó a dar sus primeros pasos, notó que algo no andaba bien, tras lo cual determinó posteriormente que tenía sus rodillas dobladas hacia adentro y los muslos pegados.
Agregó que cuando el pequeño iba creciendo vieron que cuando se echaba a correr se caía. “No era estable y esto era visiblemente notorio”, aseguró.
Revela que al llevarlo a consulta con los ortopedas, estos le indicaron unas botas especiales, las cuales debía usar de manera permanente, y le colocaron unos aparatos metálicos para dormir.
Se suponía que con el tiempo dichos aparatos irían enderezando sus piernas. Sin embargo, dijo la madre, el niño no soportaba esos dispositivos metálicos y lloraba de dolor. “Pero eso nunca tuvo el efecto deseado”, aseguró.
Explicó que posteriormente otra ortopeda les dio a los padres la opción de una cirugía, la cual, sin embargo, le detendría el crecimiento al niño por unos años hasta que le fuera retirada la prótesis temporal.
“Me aterraba la idea de someter a mi pequeño Max a una cirugía, siempre le daba largas, sin embargo, él venía sufriendo porque se caía constantemente, sus tropiezos eran el día a día y se la pasaba con moretones y rasguños, incluso llegó a romperse algunos de sus dientes”, sostuvo.
Dice que lo peor de todo es que su hijo le decía que quería ser deportista y le pedía que lo inscribiera en clases de fútbol. “Eso me desarmaba, porque yo sabía sus limitaciones”, añadió.
Afirmó que antes de acudir por ante el profeta T. B. Joshua, tenía programado todo lo de la cirugía para su hijo.
“Pero Dios quería hacerlo él, y su tiempo es perfecto. Decidí llevarlo con mucha fe y un corazón dispuesto a la cruzada del profeta nigeriano, tremendo hombre de Dios, y allí mi hijo y miles de personas recibieron la sanidad en el nombre de Jesús. Comparto este testimonio para que sirva de edificación para otros, es tu fe lo que transforma, sana, libera y salva tu vida”, apunta.
Finalmente testifica que “mi hijo ya no se cae y corre más que Félix Sánchez. Puedo dar gracias a un Dios, fiel y misericordioso”.