EL CAIRO (Reuters) - El Tribunal de Casación de Egipto confirmó el miércoles una sentencia de cárcel de cinco años contra el destacado activista opositor Alaa Abdel Fattah, dijeron fuentes judiciales, un fallo final que no puede ser apelado.
Abdel Fattah, quien ya ha cumplido más de tres años en prisión, fue encarcelado por protestar sin permiso, en violación de una ley de 2013 que los grupos de derechos dicen que efectivamente prohíbe las protestas.
El blogger y el ingeniero de software era una voz líder entre los jóvenes liberales expertos en tecnología que lideraron inicialmente el levantamiento de 2011 que puso fin al régimen de 30 años de Hosni Mubarak.
Es uno de los muchos activistas encarcelados desde que los militares derrocaron al presidente islamista Mohamed Mursi en 2013 después de protestas masivas y tomaron medidas enérgicas contra su movimiento de la Hermandad Musulmana y activistas de la democracia secular.
El gobierno ha proscrito a la Hermandad Musulmana como una organización terrorista, pero niega haber tomado medidas enérgicas contra los activistas de la democracia secular.
Los fiscales dijeron que Abdel Fattah fue culpable de organizar una protesta en noviembre de 2013 porque la promovió en las redes sociales.
Los grupos de derechos dicen que las autoridades solo pudieron enjuiciar a Abdel Fattah, que no asistió a la protesta, invocando una ley de asamblea de un siglo que instituye un castigo colectivo para todos los involucrados en una reunión ilegal.
Dicen que la ley de 1914 fue derogada en 1928 y que los tribunales no deberían usarla. Han demandado al presidente por su uso pero no ha habido respuesta del gobierno.
Abdel Fattah también está siendo juzgado en un caso separado en el que se lo acusa de insultar al poder judicial, cargo que lleva hasta tres años en la cárcel. Un veredicto está programado para diciembre.
Activistas de derechos egipcios dicen que enfrentan la peor represión en la historia bajo el presidente convertido en general Abdel Fattah al-Sisi, a quien acusan de borrar las libertades ganadas en el levantamiento de 2011.
Sisi, visto en Occidente como un baluarte contra el extremismo en la región, instó a sus críticos a no juzgar los registros de derechos de Egipto según los estándares occidentales, diciendo que la seguridad y la prosperidad económica también son derechos humanos.
(Reporte de Haitham Ahmed, Escrito por Ahmed Aboulenein, Editado por Jon Boyle)