Al cerrarse el plazo para la inscripción de candidaturas a los cargos de dirección del Partido Revolucionario Moderno (PRM), que vence mañana, la elección de la presidencia del partido parece una emocionante partida de ajedrez en la que Luis Abinader, Hipólito Mejía y otros actores hacen movimientos finales que podrían incluso generar sorpresas.
La elección de altos directivos del PRM, autoridades que cesaron en septiembre pasado, crea tensión entre los aspirantes presidenciales Abinader y Mejía, principales figuras de esa organización política, quienes sin duda impondrán sus liderazgos para decidir la selección de la alta dirección partidaria.
Cuando iniciaron los escarceos para elegir la alta dirección perremeísta se daba por un hecho que Andrés Bautista y Jesús –Chu– Vásquez repetirían como presidente y secretario general del partido, afirmándose incluso en corrillos del partido que originalmente Mejía propuso respaldar esa continuidad, a lo que Abinader optó por dar tiempo a que evolucionara el proceso.
Asimismo, echado a correr el rumor de que los dos principales líderes habían pactado la continuidad de Bautista y Vásquez, Abinader proclamó públicamente que la dirigencia debía ser escogida por libre elección democrática, no por acuerdo de dedo.
Cuando se habló de la posibilidad de que debido a la inclusión de Bautista entre los encartados por la Procuraduría General de la República en el expediente del caso Odebrecht, Vásquez pasara a ser candidato a la presidencia partidaria, el sector de Mejía planteó que se quedaran los dos o ninguno.
Es en esa circunstancia que el médico Jesús Feris Iglesias se inscribe como candidato a la presidencia, auspiciado por “viejos robles” como Hugo Tolentino Dipp, Ivelisse Prats de Pérez y Tirso Mejía Ricart, entre otros.
Otras figuras mencionadas en la coctelera de las candidaturas a la presidencia son la doctora Geanilda Vásquez, la primera en inscribirse, y Orlando Jorge Mera, de quien a última hora se informa que podría inscribirse.
Hoy se sabe que Feris Iglesias será promovido y defendido de manera militante por el H-20, y que “pese a ser un hombre de Hipólito”, cuenta con simpatía en otros sectores, por ser considerado una figura potable.
Otra jugada que se estima inminente es el apoyo del sector Mejía a la candidatura a secretario general es el senador José Ignacio Paliza, inicialmente sustentado y motivado a inscribirse por el sector Abinader, del que es más cercano, y que en estas circunstancias podría devenir en un candidato de amplio consenso.
La presión de última hora se mantiene alrededor del tema de la presidencia, pues luego de conocerse que Vásquez se inscribiría si Bautista no lo hacía, finalmente se dice que podría hacerlo pese a anunciarse que también el presidente podría tratar de seguir en la posición, contando con que su permanencia en el alto cargo y apoyo de la región del Cibao podría garantizarle la reelección.
Los movimientos y tensiones de última hora incluyen la posibilidad de que una considerable parte de la dirigencia esté ponderando a la ex vicepresidenta Milagros Ortiz Bosch como opción para la presidencia del partido, hábida cuenta de su prestigio como figura transparente y trayectoria de honestidad.
En un momento en que las encuestas informan que la mayoría del electorado desconfía de los partidos y los políticos y piensa que son corruptos, sectores políticos creen que una líder como Milagros sería una misa de salud para el PRM o para cualquier partido que pueda tener en su presidencia a una figura con ese perfil.
Ayer el presidente de la Comisión Nacional Organizadora de la Convención, Tony Raful, dio garantías de que el proceso mantiene un curso adecuado, mientras que Deligne Ascensión, también miembro de la Comisión Nacional Organizadora de la Convención y Secretario Nacional de Organización, informó que la última revisión del padrón del PRM había concluido en cerca de 520 mil miembros.
Con miras 2020
La importancia que tiene la elección de nuevas autoridades del PRM quedó evidenciada cuando recientemente a Hipólito se le preguntó si era determinante para la elección de la candidatura presidencial de 2020, y respondió “ni deja de serlo”. Abinader, de su parte, se mueve con la cautela y serenidad que le han sido caracterizado y que le valió para ganar la nominación del 2016.