Luego de escuchar por dos horas a Danilo Medina, me quedé con una pregunta en mente: ¿de cuál país estaba hablando? Pues presentó unas estadísticas que distan mucho de la realidad dominicana.
Asimismo, no se dio cuenta (como le pasó con el decreto aquel) que omitió tratar una serie de temas de capital importancia.
Ahora me surge otra pregunta, ¿esas mentiras las dijo para que las creamos nosotros, o será que se las cree él? De ser lo primero, sería un mentiroso; pero de ser lo segundo, sería un completo desquiciado. Ambas, situaciones intolerables.
Quizás es que Danilo vive en otro país, y viene de paseo los domingos a hacer sus “visitas sorpresa”. Pero entonces, eso presentaría la necesidad urgente de buscar a un presidente que viva en República Dominicana; que conozca, sufra y padezca nuestros problemas, para que así pueda buscarle soluciones.
Los dominicanos no queremos mentiras, excusas ni omisiones; lo que queremos son soluciones. Y al parecer esto último se aleja cada vez más de la práctica que año tras año ha desarrollado Danilo Medina; quien pretende que metiendo la basura debajo de la cama la casa estará limpia.
Su irresponsable práctica de gobierno se ha convertido en una seria amenaza a nuestra soberanía, y a los derechos y libertades del pueblo dominicano.
En lo personal me gustaría que esta fuese su última rendición de cuentas; pero en el peor de los casos, de ninguna manera podemos permitir que el PLD siga conduciendo nuestro país hacia un despeñadero.
Mientras los funcionarios del gobierno viven con Alicia en el país de las maravillas, nuestro pueblo no tiene salud, seguridad, justicia, empleo, democracia, etc.
Al tiempo que los peledeístas resuelven sus problemas, el mayoritario resto de la población ve como cada día se empeora su realidad.
Luego de pasarme esas dos horas viendo a Danilo, y escuchando sus fábulas, hago más conciencia de que sacar al PDL del poder debe ser una causa nacional.
Espero que nos podamos poner de acuerdo aun sea en eso, pues ya no hay tiempo que perder.