Probablemente conoces todo tipo de trucos para ahorrar hasta el último céntimo de tu cartera: no salirte del presupuesto, revisar con regularidad tu cuenta bancaria, hacer cuentas de los próximos gastos y de los posibles imprevistos... No obstante, no importa cuánto empeño pongas en lograr tus metas, tu mentalidad y pensamiento pueden marcar la diferencia.
Existen varias tácticas psicológicas que pueden ayudarte a multiplicar significativamente tus ahorros y tu fuerza de voluntad para conseguir tus metas a final de mes. Hoy te explicaremos algunos de los mejores hábitos.
Establecer un objetivo
En el primer puesto tenemos uno de los puntos más importantes que marcarán un antes y un después en tus ahorros. Es fundamental tener en cuenta los gastos fijos de cada mes para calcular los objetivos que puedes alcanzar. Con ayuda de una libreta o una hoja de cálculo puedes tener tus cuentas al día y así poder controlar las cantidades que puedes guardar mensualmente.
Imaginar tu futuro y lo que te gustaría hacer
En la actualidad no se ahorra lo suficiente para la jubilación. Sin embargo, una forma fácil de cumplir con nuestros objetivos es imaginarnos ahora cómo será nuestra vida dentro de unas cuantas décadas.
Evitar comprar por impulso
El consumismo impulsivo es el peor enemigo del ahorro: es casi inevitable darse un capricho bajo el lema "para eso estoy trabajando, ¿no?". Es por ello que antes de darle a "click" a tu próxima compra online o esperar en la cola para llegar a la caja, espera a final de mes para invertir en ese antojo con parte de tus ahorros.
Transformar el dinero en horas
Es un truco bastante efectivo y que viene de la mano con el punto anteriormente mencionado. Lo más seguro es que si piensas en el precio en términos de las horas que necesitas para pagarlo, se te quitarán las ganas de derrochar el dinero en un capricho. Noventa euros por un par de zapatillas de marca puede parecer razonable, pero en realidad son dos días de trabajo, o más.
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Ahorrar. Imagen: Pixabay |
Utilizar efectivo para pagar
Otro de los hábitos que deberías empezar a acostumbrarte a llevar a cabo es emplear tus tarjetas sólo cuando se trate de pagos lo suficientemente elevados como para llevar efectivo encima. En cualquier otro caso, lo mejor es dejar la tarjeta de crédito en casa.
Empezar ahorrando poco dinero
Si te han devuelto cambio podrías empezar a meterlo en una hucha al final de cada día, o por ejemplo proponerte guardarte todas las monedas que tengas de 20 céntimos. Incluso con estos pequeños hábitos, ahorrar dinero se convertirá en parte de tu rutina.
Describe tus hábitos con "mantras"
Parece una tontería, pero establecer una serie de reglas sobre cómo y con qué quieres gastar tu dinero transformándolas en un "mantra" o frase que describa tu forma de actuar, es muy efectivo. Por ejemplo, "solo compraré ropa cuando esté de rebajas" o "lo puedo encontrar a mejor precio" pueden ser grandes frases que te ayuden a convertirlo en un hábito y salvar tus ahorros.