A punto de estrenar Florencia en el Amazonas en FGO, el maestro Tebar habla de sus hijas y de su otra pasión: la música. Para saber por dónde anda, adónde va y por qué se lo ve tan poco en Miami hay que someterlo a preguntas puntuales que respondió para el Nuevo Herald.
Llega a Miami luego de un debut triunfal en la Opera de Viena.
Una experiencia fantástica. Una auténtica factoría de ópera, paraíso para cantantes, directores, músicos y público. Significó debutar con Puccini, uno de mis compositores favoritos y un 19 de Marzo, el día de San José, mi santo y en mi Valencia es el día final de Las Fallas, por lo que haber hecho mi debut esa fecha fue doblemente emotivo.
También acaba de dirigir dos discos con dos grandes tenores actuales: Joseph Calleja y Gregory Kunde.
Una experiencia “nutritiva” porque son dos tenores líricos con un peso vocal específico y en instancias, con el mismo repertorio aunque en tramos opuestos de sus trayectorias. Calleja, en un momento de maduración fundamental, incorporando personajes; dueño de una calidad, frescura y squillo notables. Kunde, el ejemplo de cómo llegar a los sesenta en plena posesión de medios. Algo que impresiona viendo tantas carreras truncadas por haber cantado demasiado y demasiado pronto.
¿Y su experiencia con Daniel Catán, compositor de “Florencia”?
Tuve el privilegio de trabajar con él en Cincinnati en 2008. Presentábamos su Florencia y estuve a su lado en cada cambio y ajuste que hacía. Como músicos, damos por sentado que el texto es sagrado, que cambiar una nota es casi sacrilegio pero, después de trabajar con ciertos compositores, y Daniel era un ejemplo de esto, entiendo que no todo debería ser tan rígido. Era una persona encantadora. Después de Cincinnati me contrataron para dirigirla en Denver y habíamos quedado en hablar en esos días, su muerte fue un shock para todos y una gran pérdida para la música.
El público teme a la ópera contemporánea, ¿es el caso de “Florencia”?
En absoluto, “Florencia va sola”. No necesita preparación especial. A no asustarse. El triunfo de Catán es habernos regalado una ópera con claras raíces puccinianas e impresionistas, sorprende una ópera contemporánea tan ligada a la tradición. La orquestación es exuberante, colorista, pictórica, los personajes están en primer plano pero atrás está la selva, la naturaleza, casi cinematográficamente sin ser peyorativo. Creo que Puccini, Rachmaninov y Mahler fueron los inspiradores de la música para cine. Por eso, no quiero simplificar con Florencia llamándola “cinematográfica”, sino que responde a una evolución y una tradición romántica. Es una ópera donde todos son importantes. La diva de la historia trata de pasar inadvertida en la travesía, todos van a Manaos a escucharla y no saben que está entre ellos. Es una travesía per se y también para cada personaje.
¿Cómo acomoda sus compromisos en el sur de la Florida con una agenda europea cada día más demandante?
Florida es un capítulo importante de mi vida profesional y personal, aquí conocí a Verónica, mi mujer. Me fogueó, me abrió puertas, me proyectó. Tengo gran ilusión con la Opera de Naples y la construcción de su teatro. Añado la academia vocal que fundamos con Renata Scotto. Este año tenemos a Bruce Ford, Sherrill Milnes, Verónica Villarroel y Manny Pérez. Fue un proyecto que originalmente pensé para Miami pero que se dio en Naples.
Hace ocho años fui designado director musical de FGO pero desde hace cuatro opté por el cargo de director principal lo que me exime de responsabilidades artísticas y me otorga mayor libertad para mi carrera sin desconectarme con el público de Miami al que tanto debo. Llegué a dirigir cuatro óperas por temporada, ahora una o a lo sumo dos. Los músicos de mi Orquesta de Palm Beach trabajan aquí. Lograr un sonido para una orquesta era difícil y al darse la oportunidad traté de unirlos, deben tocar juntos, es la única forma de subir el nivel. Además, una orquesta sinfónica debe tocar ópera y viceversa.
¿Y Valencia?
Soy principal director invitado en Les Arts y ahora director de la Orquesta de Valencia, es una satisfacción inmensa que esta conjunción se haya dado en mi tierra donde salí hace quince años por no tener oportunidades. Una ciudad de gran potencial. Pocos saben de su tradición de bandas centenaria; provee los músicos de viento a todas las orquestas españolas. Es importante reivindicarla pero los valencianos no sabemos “vendernos”.