Científicos del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja, en colaboración con el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud, hallan un nuevo medicamento para ralentizar este proceso, que podría ayudar también a combatir el Alzhéimer.
Un equipo de científicos, liderado por el Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR), ha patentado y desarrollado un nuevo medicamento, aún en fase de experimentación con animales, para ralentizar la pérdida progresiva de memoria, que puede ser la antesala de un futuro fármaco contra el Alzheimer.
Así lo han anunciado hoy la consejera de Salud del Gobierno riojano, María Martín, junto al director gerente de la Fundación Rioja Salud, Javier Aparicio, y el investigador principal de este proyecto y de la Unidad de Angiogénesis del CIBIR, Alfredo Martínez, en una conferencia de prensa. Este nuevo proyecto, liderado por el CIBIR en colaboración con el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud y el Bionodostia Instituto de Investigación Sanitaria, focaliza uno de los principales problemas de salud que afectan a las personas mayores y a una de las características principales de las enfermedades neurodegenerativas, como es la enfermedad de Alzheimer.
La investigación tiene su base en uno de los últimos hallazgos del CIBIR, que determinó que la ausencia de la proteína adrenomedulina bloquea la pérdida de memoria, ha informado el director del proyecto.
Los científicos comprobaron, entonces, que la expresión de esta proteína en el cerebro aumenta con la edad y se acrecienta aún más en personas con alzhéimer. En el proyecto actual, los investigadores, a partir de este nuevo fármaco, tratarán de demostrar si la disminución de la actividad de esta proteína mediante el empleo del nuevo medicamento es capaz de reducir la pérdida de memoria en ratones, según Martínez.
Durante su proyecto de investigación, la capacidad de memoria de los animales será evaluada en dos fases y, en primer lugar, se dividirá a los ratones jóvenes y que no presentan pérdidas de memoria asociadas a la edad en dos grupos, del que el primero recibirá el nuevo medicamento y el segundo, una dosis de placebo. Transcurridos unos meses, cuando la pérdida de memoria haya hecho su aparición, se repetirán las pruebas y se podrá comprobar si los animales tratados con el fármaco mantienen mejor sus recuerdos que los tratados con placebo, ha explicado.
Para medir la capacidad de memoria en los animales de experimentación, los científicos del CIBIR acostumbrarán a los roedores a la presencia de dos objetos iguales en su territorio. Después de un cierto periodo, cambiarán uno de los objetos habituales por otro. El tiempo que el ratón emplee en reconocer y analizar ambos objetos ofrecerá un valor que es proporcional a su capacidad retentiva. Los resultados de la investigación serán publicados a finales de 2018 y si demuestran la eficacia de este inhibidor en animales de experimentación, se realizará el desarrollo preclínico y clínico para comprobar su efecto en seres humanos.