Además de los 92 millones de dólares que admitió la empresa brasileña Odebrecht haber pagado como sobornos a funcionarios dominicanos, para la adjudicación de obras estatales, la citada compañía habría desembolsado otros 39 millones vinculados a la construcción de la planta termoeléctrica de carbón Punta Catalina.
Así lo revela la investigación titulada División de Sobornos, realizada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), por sus siglas en inglés.
El nuevo hallazgo se desprende de la filtración de una gran cantidad de documentos y registros del Departamento de Operaciones Estructuradas, una división de Odebrecht creada con el propósito de manejar los sobornos que entregaba la empresa.
Según cita el periódico ElNuevoherald, “esos registros fueron obtenidos por la organización de noticias ecuatoriana La Posta, y luego compartidos con el ICIJ y 17 medios aliados en las Américas”.
Dice que las filtraciones revelan pagos secretos a lo largo y ancho de toda la región, y que van mucho más allá de lo informado públicamente hasta ahora.
También resalta que los pagos involucraban a destacadas figuras y enormes proyectos de obras públicas que no aparecen mencionados ni en las causas judiciales en trámite ni en ninguna otra investigación oficial hasta la fecha. Entre las figuras hay un destacado economista dominicano, según la investigación.
A continuación el texto íntegro que, según la investigación involucra la construcción de la planta Punta Catalina:
El economista dominicano
“Resta mucho por descubrir sobre el entramado de empresas, acuerdos de consultas y servicios, y cuentas bancarias secretas utilizados por la oficina de sobornos de Odebrecht.
Pero hay algo que queda claro: los archivos Drousys de esa oficina contienen los nombres de muchas importantes figuras que ocupan cargos de responsabilidad y que nunca fueron abiertamente cuestionados por sus relaciones con Odebrecht, hasta ahora…
Andrés Dauhajre es un conocido miembro de la dirigencia política dominicana.
Dauhajre es un economista de anteojos y pelo entrecano que escribe una columna semanal en el diario El Caribe. Integró una delegación de líderes empresarios que acompañaron al presidente dominicano Danilo Medina en su visita de Estado a China, en noviembre pasado.
El economista también preside la Fundación Economía y Desarrollo, una consultora económica que suele obtener contratos con el Estado dominicano y que tiene su sede en Santo Domingo, capital del país.
A fines de 2013, cuando la empresa de servicios públicos dominicana ofrecía un contrato para la construcción de la central termoeléctrica de Punta Catalina, una planta de 770 mega watts sobre las costas del Caribe, recurrió a la consultora de Dauhajre, entre otras dos, para evaluar las propuestas de los ofertantes.
Para entonces, el organismo de servicios públicos ya había descalificado a varios ofertantes, argumentando pobreza técnica en sus presentaciones, y el único candidato en pie para el trabajo era un consorcio empresarial liderado por Odebrecht.
De todos modos, para alzarse con el contrato, Odebrecht seguía necesitando que aprobaran su oferta económica y su plan de financiamiento. Dauhajre y otros consultores aprobaron su plan, y a Odebrecht se le otorgó un contrato por más de 2.000 millones de dólares, cientos de millones más que algunas de las ofertas de sus competidores desplazados.
Cuando el escándalo de Odebrecht estalló en toda Latinoamérica, la empresa admitió frente a los fiscales, en diciembre de 2016, que sus pagos ilegales incluían 92 millones de dólares en sobornos en República Dominicana. De inmediato, el proyecto de Punta Catalina quedó bajo un manto de sospecha.
Entonces fue nombrada una comisión para investigar el contrato, presidida por monseñor Agripino Núñez Collado, un influyente hombre de la Iglesia dominicana. Entre los testigos citados por la comisión se encontraba Dauhajre.
El 5 de febrero de 2017, tres días después de su testimonio, Dauhajre rechazó indignado las sospechas de que el contrato de Odebrecht estuviese inflado.
“La supuesta sobrevaluación de Punta Catalina es la mentira mejor mercadeada en los últimos años en la República Dominicana”, escribió Dauhajre en su columna en El Caribe, uno de sus varios artículos periodísticos en los que defiende públicamente la construcción de la planta y su financiamiento. En esas columnas, Dauhajre no menciona ninguna relación financiera entre él y la empresa Odebrecht.
Finalmente, la comisión no encontró pruebas de irregularidades en la licitación o el financiamiento de la planta, y le regaló una importante victoria a Odebrecht. En su presentación de cargos contra 7 acusados en el caso Odebrecht, en junio de 2018, el fiscal general de República Dominicana dijo haber llegado a una conclusión similar, y que su equipo había investigado a fondo el caso de Punta Catalina, sin encontrar evidencia alguna de corrupción.
Los libros contables del Departamento de Operaciones Estructuradas de Odebrecht muestran decenas de pagos que parecen habérseles escapado a los investigadores, ya que no tuvieron acceso a los registros ahora obtenidos por el ICIJ.
La planilla consigna que al menos dos de los pagos a Baker Street pasaron por una empresa radicada en Bahamas, Fincastle Enterprises Ltd., que aparece mencionada por los fiscales de Perú como uno de los vehículos para los sobornos de Odebrecht. Esos pagos se realizaron en mayo y julio de 2014, varios meses después de que aprobaran el plan de financiamiento presentado por Odebrecht.
El 7 de diciembre de 2015, Baker Street Financial pagó más de 2 millones de dólares por un departamento en el piso 12 de un elegante edificio vidriado en el lujoso centro de Manhattan, justo a la vuelta del célebre restaurante francés “Le Bernardin”.
Los registros de la ciudad de Nueva York sobre la venta de ese inmueble incluyen una escritura de propiedad firmada por el único director de Baker Street Financial: Andrés Dauhajre.
Ante la consulta del ICIJ, Dauhajre respondió que los pagos que recibió de Odebrecht fueron por los servicios de asesoría que le brindó a la empresa en conexión con la central eléctrica. Dauhajre dice que Odebrecht contrató sus servicios a principios de 2014, después de que unas de las principales fuentes de financiamiento que se esperaba apoyaría el proyecto, el Eximbank (Export-Import Bank of the United States), se retiró debido a una directiva del entonces presidente norteamericano Obama de no financiar centrales termoeléctricas alimentadas con carbón por sus consecuencias sobre el cambio climático.
Dauhajre dice haber ayudado a Odebrecht a encontrar fuentes de financiamiento alternativas para el proyecto, y que fue Odebrecht la que propuso a Fincastle Enterprises para canalizar el pago por sus servicios.
“Baker Street Financial Inc. prestó de manera exitosa y efectiva el servicio de asesoría solicitado por Odebrecht durante los años 2014 y 2015”, manifiesta Dauhajre en una carta enviada al ICIJ. “Ese servicio de estructura financiera fue el que generó la remuneración pagada.”